Os presento un artículo de Fernando Savater sobre la literatura fantástica titulado “Son de lo que no hay”. ¿Qué por qué he elegido este texto? Pues si no os lo estáis imaginando ya, yo os lo diré: me declaro absolutamente fanática de este género literario.
Mark Molnar. Palacio de Arrakeen
Desde que tengo uso de razón me he sentido atraída por las historias que se alejaban de la realidad, las que ocurrían en lugares maravillosos y con protagonistas extraordinarios. Desde niña he tenido una imaginación muy prolífica y este tipo de literatura encajaba perfectamente con mis inquietudes, la principal de ellas: viajar a otros mundos.
De lo que yo no era consciente era de que esos “mundos maravillosos” se parecían bastante a éste en sus alegrías y en sus miserias, y los “protagonistas extraordinarios” en el fondo no lo eran tanto, y las motivaciones que les movían eran las mismas que a cualquier hijo de vecino.
Y fue a través del género fantástico como me fui acercando a la literatura “realista”, y cuando me hice mayor pude comprobar que las historias reales también estaban llenas de “mundos maravillosos” y de “protagonistas extraordinarios”.
Como futura profesora, creo que la literatura fantástica, al igual que ocurrió conmigo, es una fantástica (permitidme la redundancia simplona) manera de enganchar a los alumnos a la lectura, y si no, ahí están las listas de éxitos editoriales para demostrarlo: Laura Gallego en LIJ y George R.R. Martin en Literatura para adultos, por poner algún ejemplo.
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